COMPORTAMIENTO
Si el uso se basa correctamente en la etimología, la palabra
comportamiento puede aplicarse a cualquier cambio observado en un objeto dado,
bajo ciertas condiciones más o menos claramente observables. Así, el físico
bien puede hablar del comportamiento de los rayos X en presencia de un campo
magnético; y el químico está justificado al decirnos que "El
comportamiento de las sales nitrosas de las aminas es digno de atención".
Nos referimos así a características de lo que llamamos mundo objetivo.
Sin embargo, la palabra se aplica tan comúnmente a los
objetos y a animales vivos que esta aplicación se suele dar por sentada en el
lenguaje cotidiano (lenguaje-corriente). Pero debe notarse que al emplearlo con
esta referencia restringida, todavía hablamos de características observables en
el mundo objetivo con las que también tratan el físico y el químico. Estamos
tratando ciertos aspectos de la biología que es una ciencia objetiva. En este
sentido emplearé la palabra en lo que sigue.
Ahora, al estudiar la vida animal, observamos varios tipos
de comportamiento. En un extremo notamos lo que llamamos comportamiento reflejo
o instintivo, según nos parezca más o menos simple; esto aparece como la reacción
relativamente inmediata a un estímulo dado. En el extremo opuesto, descubrimos
un comportamiento altamente complejo que es vacilante y no inmediato.
El biólogo estudia ambos tipos de comportamiento en todas
las formas de vida animal; en los animales superiores y en el hombre, y en
ambos casos de manera bastante objetiva. Los estudia en todas sus formas y
relaciones. Los analiza y, en relación con algunas de sus formas, observa,
entre otras cosas, su relación con la actividad nerviosa, y establece así una
ciencia especial de la neurología. Observa en relación con ciertas otras formas
su relación con las reacciones químicas en los tejidos vivos involucrados, y así
establece una ciencia especial de bioquímica.
Pero el estudiante de lo biológico es él mismo un hombre, y
al observar sus propias actividades, aún como parte del mundo objetivo,
descubre en ellas estos mismos dos tipos de conducta. Cuando, con respecto a su
propio cuerpo, estudia esa forma de comportamiento tan compleja que es
vacilante y no inmediata, encuentra todo lo que descubre en relación con sus
estudios de este tipo de comportamiento en otros animales; pero en muchísimos
casos descubre también algo más. No sólo encuentra un comportamiento de este
tipo especial, sino también un "comportamiento consciente".
En esta observación de su propia conducta, el estudiante
tiene no sólo las características que producen las ciencias especiales de la
neurología y la bioquímica, por ejemplo, sino una característica muy diferente
que produce la ciencia especial del consciente; y esto es lo que siempre se ha
denominado psicología
Argumentando por analogía, o por otros medios, puede
sostener que este tipo especial de comportamiento en otros hombres, y en
animales, también debe tener esta característica consciente. Sin embargo, Esto
es es una cuestión de inferencia y no de observación objetiva; y es una
inferencia que implica la suposición metafísica de que ciertas formas de
comportamiento siempre tienen correspondientes ciertos cambios en la
conciencia, como él nota en su propia experiencia
Actuando de acuerdo con esta inferencia basada en esta
suposición, estamos capacitados para descubrir ciertas formas de
comportamiento, o tendencias de comportamiento, en nuestros semejantes que de
otra manera nos serían desconocidos, tomando nota de los cambios de conciencia
que nos informan por boca a boca. El gran valor práctico de esto es una cuestión
de experiencia cotidiana y se enfatiza en la vida común del médico que trata
constantemente los estados conscientes de sus pacientes como sintomáticos de
formas especiales de comportamiento orgánico.
El "psicólogo comparativo" y el
"conductista" también hacen un uso constante de esta misma suposición
e inferencia, aunque generalmente no notan el hecho, y comúnmente hablan de su
trabajo como si fuera tan puramente objetivo como el del químico o el del físico.
Realmente se dedican a las investigaciones especiales de cierto tipo de
problemas biológicos; cuya investigación especial se ve facilitada en gran
medida por la aceptación de la hipótesis metafísica de la correspondencia neurúrgica
y noética antes mencionada.
Ahora bien, es evidente que algún hombre puede sostener que
la consideración de la neurología, que se le hizo notar en el curso de su
estudio de la conducta, carece de importancia y es infructuosa y, por tanto,
indigna de atención. Y puede tener una opinión similar con respecto a la bioquímica.
Es una cuestión de opinión personal. Sin embargo, quien lo sostiene y se
regocija en proclamarlo, es poco probable que otros hombres reflexivos del
mundo científico lo miren con respeto.
De la misma manera, es evidentemente posible que alguien
sostenga que la consideración de la psicología, que se le hizo notar en el
curso de su estudio de la conducta, no es importante e infructuosa y, por lo
tanto, indigna de atención. Pero me parece que si lo hace, y se regocija en
proclamar tal opinión, difícilmente puede esperar encontrar que a la larga sus
opiniones serán consideradas significativas. Sin embargo, si entiendo la situación,
es precisamente esa opinión la que sostienen y proclaman abiertamente el
profesor John Watson y quienes siguen su ejemplo.
Ésta no es ocasión para intentar mostrar que el estudio de
la característica consciente de la conducta auto-observada es importante y
fructífero y, por tanto, merece una atención plena; ya que creo que sería
bastante fácil de hacer. Me limitaré a enfatizar aquí el hecho de que el Dr.
Watson, al asumir la posición que ocupa, mientras desarrolla la ciencia biológica
objetiva extremadamente valiosa que ahora se llama comúnmente
"conductismo", está abandonando deliberadamente el estudio de la
psicología; y al pedirnos que descartemos el concepto de conciencia y lo
sustituyamos por el concepto de conducta como sustancia de la psicología, se
trata de una ofuscación que no puede dejar de ser deplorada.
Pasemos ahora a otro punto estrechamente relacionado. Como
se señaló anteriormente, en el curso de nuestra observación sobre nuestro
propio comportamiento como parte de los fenómenos del mundo objetivo, nuestra
atención es llamada a cierta forma de este comportamiento que tiene una
característica "consciente". Éste "comportamiento
consciente", según el profesor B. H. Bode, ha demostrado ser "una Co-adaptación
futura que se ha puesto a trabajar para producir su propia realización".
Yo mismo no estoy convencido de que se pueda llegar a tal conclusión en relación
con otros animales y hombres como resultado de una observación puramente
objetiva del tipo empleado por el conductista y otros estudiosos de la biología;
aunque el tratamiento del Dr. Bode parece implicar que puede (1). La Co-adaptación
en sí misma, en todo caso, es un hecho tan objetivamente observado; y el Dr.
Bode procede a afirmar que la conciencia es solo este tipo particular de Co-adaptación
(2). Esto es como si, habiendo descubierto que una forma definida de cristal
refracta la luz de cierta manera, uno debería decir que esta clase particular
de refracción es la forma definida del cristal. Uno al hacer tal declaración
sería tomar una característica definida encontrada en conexión con una situación
objetiva definida e identificar la situación objetiva con la característica.
Por lo que puedo ver, esto es exactamente lo que hace el Dr. Bode cuando
sostiene que "la conciencia... es sólo una Co-adaptación futura que se ha
puesto a trabajar para producir su propia realización" (3). El absurdo lógico
de tal procedimiento es tan evidente que no requeriría comentario si no fuera
porque parece imposible creer que el Dr. Bode pueda tener la intención de
defender tal posición. Sin embargo, sus palabras ciertamente implican que lo
hace; y si no lo hace, Seguramente debería sentirse llamado a aclarar su punto
de vista; porque tal como está es uno que es representativo de mucho de lo que
escriben hoy en día ciertos profesores de psicología de este país que, a la
vista de sus palabras, aparentemente se enorgullecen de su vergüenza lógica; y
porque se dignifica al ser expresada por el Dr. Bode en un capítulo de la “Creative
Intelligence / Inteligencia Creativa” recientemente
publicada, un libro compuesto por ensayos que se supone que presentan una
"Unidad de actitud", los otros capítulos son aportados por John
Dewey, Addison W. Moore, Harold C. Brown, George H. Mead, Henry W. Stuart,
James H. Tufts y Horace M. Kallen.
HENRY RUTGERS MARSHALL.
NEW YORK CITY.
_______________________
1.- Cf. “Creative Intelligence /
Inteligencia Creativa”, pp. 233 ff.
2.- Cf. también op. cit., pp. 242 and 256.
3.- Op. cit., p. 244.
COMPORTAMIENTO
Si el uso se basa correctamente en la etimología, la palabra
comportamiento puede aplicarse a cualquier cambio observado en un objeto dado,
bajo ciertas condiciones más o menos claramente observables. Así, el físico
bien puede hablar del comportamiento de los rayos X en presencia de un campo
magnético; y el químico está justificado al decirnos que "El
comportamiento de las sales nitrosas de las aminas es digno de atención".
Nos referimos así a características de lo que llamamos mundo objetivo.
Sin embargo, la palabra se aplica tan comúnmente a los
objetos y a animales vivos que esta aplicación se suele dar por sentada en el
lenguaje cotidiano (lenguaje-corriente). Pero debe notarse que al emplearlo con
esta referencia restringida, todavía hablamos de características observables en
el mundo objetivo con las que también tratan el físico y el químico. Estamos
tratando ciertos aspectos de la biología que es una ciencia objetiva. En este
sentido emplearé la palabra en lo que sigue.
Ahora, al estudiar la vida animal, observamos varios tipos
de comportamiento. En un extremo notamos lo que llamamos comportamiento reflejo
o instintivo, según nos parezca más o menos simple; esto aparece como la reacción
relativamente inmediata a un estímulo dado. En el extremo opuesto, descubrimos
un comportamiento altamente complejo que es vacilante y no inmediato.
El biólogo estudia ambos tipos de comportamiento en todas
las formas de vida animal; en los animales superiores y en el hombre, y en
ambos casos de manera bastante objetiva. Los estudia en todas sus formas y
relaciones. Los analiza y, en relación con algunas de sus formas, observa,
entre otras cosas, su relación con la actividad nerviosa, y establece así una
ciencia especial de la neurología. Observa en relación con ciertas otras formas
su relación con las reacciones químicas en los tejidos vivos involucrados, y así
establece una ciencia especial de bioquímica.
Pero el estudiante de lo biológico es él mismo un hombre, y
al observar sus propias actividades, aún como parte del mundo objetivo,
descubre en ellas estos mismos dos tipos de conducta. Cuando, con respecto a su
propio cuerpo, estudia esa forma de comportamiento tan compleja que es
vacilante y no inmediata, encuentra todo lo que descubre en relación con sus
estudios de este tipo de comportamiento en otros animales; pero en muchísimos
casos descubre también algo más. No sólo encuentra un comportamiento de este
tipo especial, sino también un "comportamiento consciente".
En esta observación de su propia conducta, el estudiante
tiene no sólo las características que producen las ciencias especiales de la
neurología y la bioquímica, por ejemplo, sino una característica muy diferente
que produce la ciencia especial del consciente; y esto es lo que siempre se ha
denominado psicología
Argumentando por analogía, o por otros medios, puede
sostener que este tipo especial de comportamiento en otros hombres, y en
animales, también debe tener esta característica consciente. Sin embargo, Esto
es es una cuestión de inferencia y no de observación objetiva; y es una
inferencia que implica la suposición metafísica de que ciertas formas de
comportamiento siempre tienen correspondientes ciertos cambios en la
conciencia, como él nota en su propia experiencia
Actuando de acuerdo con esta inferencia basada en esta
suposición, estamos capacitados para descubrir ciertas formas de
comportamiento, o tendencias de comportamiento, en nuestros semejantes que de
otra manera nos serían desconocidos, tomando nota de los cambios de conciencia
que nos informan por boca a boca. El gran valor práctico de esto es una cuestión
de experiencia cotidiana y se enfatiza en la vida común del médico que trata
constantemente los estados conscientes de sus pacientes como sintomáticos de
formas especiales de comportamiento orgánico.
El "psicólogo comparativo" y el
"conductista" también hacen un uso constante de esta misma suposición
e inferencia, aunque generalmente no notan el hecho, y comúnmente hablan de su
trabajo como si fuera tan puramente objetivo como el del químico o el del físico.
Realmente se dedican a las investigaciones especiales de cierto tipo de
problemas biológicos; cuya investigación especial se ve facilitada en gran
medida por la aceptación de la hipótesis metafísica de la correspondencia neurúrgica
y noética antes mencionada.
Ahora bien, es evidente que algún hombre puede sostener que
la consideración de la neurología, que se le hizo notar en el curso de su
estudio de la conducta, carece de importancia y es infructuosa y, por tanto,
indigna de atención. Y puede tener una opinión similar con respecto a la bioquímica.
Es una cuestión de opinión personal. Sin embargo, quien lo sostiene y se
regocija en proclamarlo, es poco probable que otros hombres reflexivos del
mundo científico lo miren con respeto.
De la misma manera, es evidentemente posible que alguien
sostenga que la consideración de la psicología, que se le hizo notar en el
curso de su estudio de la conducta, no es importante e infructuosa y, por lo
tanto, indigna de atención. Pero me parece que si lo hace, y se regocija en
proclamar tal opinión, difícilmente puede esperar encontrar que a la larga sus
opiniones serán consideradas significativas. Sin embargo, si entiendo la situación,
es precisamente esa opinión la que sostienen y proclaman abiertamente el
profesor John Watson y quienes siguen su ejemplo.
Ésta no es ocasión para intentar mostrar que el estudio de
la característica consciente de la conducta auto-observada es importante y
fructífero y, por tanto, merece una atención plena; ya que creo que sería
bastante fácil de hacer. Me limitaré a enfatizar aquí el hecho de que el Dr.
Watson, al asumir la posición que ocupa, mientras desarrolla la ciencia biológica
objetiva extremadamente valiosa que ahora se llama comúnmente
"conductismo", está abandonando deliberadamente el estudio de la
psicología; y al pedirnos que descartemos el concepto de conciencia y lo
sustituyamos por el concepto de conducta como sustancia de la psicología, se
trata de una ofuscación que no puede dejar de ser deplorada.
Pasemos ahora a otro punto estrechamente relacionado. Como
se señaló anteriormente, en el curso de nuestra observación sobre nuestro
propio comportamiento como parte de los fenómenos del mundo objetivo, nuestra
atención es llamada a cierta forma de este comportamiento que tiene una
característica "consciente". Éste "comportamiento
consciente", según el profesor B. H. Bode, ha demostrado ser "una Co-adaptación
futura que se ha puesto a trabajar para producir su propia realización".
Yo mismo no estoy convencido de que se pueda llegar a tal conclusión en relación
con otros animales y hombres como resultado de una observación puramente
objetiva del tipo empleado por el conductista y otros estudiosos de la biología;
aunque el tratamiento del Dr. Bode parece implicar que puede (1). La Co-adaptación
en sí misma, en todo caso, es un hecho tan objetivamente observado; y el Dr.
Bode procede a afirmar que la conciencia es solo este tipo particular de Co-adaptación
(2). Esto es como si, habiendo descubierto que una forma definida de cristal
refracta la luz de cierta manera, uno debería decir que esta clase particular
de refracción es la forma definida del cristal. Uno al hacer tal declaración
sería tomar una característica definida encontrada en conexión con una situación
objetiva definida e identificar la situación objetiva con la característica.
Por lo que puedo ver, esto es exactamente lo que hace el Dr. Bode cuando
sostiene que "la conciencia... es sólo una Co-adaptación futura que se ha
puesto a trabajar para producir su propia realización" (3). El absurdo lógico
de tal procedimiento es tan evidente que no requeriría comentario si no fuera
porque parece imposible creer que el Dr. Bode pueda tener la intención de
defender tal posición. Sin embargo, sus palabras ciertamente implican que lo
hace; y si no lo hace, Seguramente debería sentirse llamado a aclarar su punto
de vista; porque tal como está es uno que es representativo de mucho de lo que
escriben hoy en día ciertos profesores de psicología de este país que, a la
vista de sus palabras, aparentemente se enorgullecen de su vergüenza lógica; y
porque se dignifica al ser expresada por el Dr. Bode en un capítulo de la “Creative
Intelligence / Inteligencia Creativa” recientemente
publicada, un libro compuesto por ensayos que se supone que presentan una
"Unidad de actitud", los otros capítulos son aportados por John
Dewey, Addison W. Moore, Harold C. Brown, George H. Mead, Henry W. Stuart,
James H. Tufts y Horace M. Kallen.
HENRY RUTGERS MARSHALL.
NEW YORK CITY.
_______________________
1.- Cf. “Creative Intelligence /
Inteligencia Creativa”, pp. 233 ff.
2.- Cf. también op. cit., pp. 242 and 256.
3.- Op. cit., p. 244.
COMPORTAMIENTO
Si el uso se basa correctamente en la etimología, la palabra
comportamiento puede aplicarse a cualquier cambio observado en un objeto dado,
bajo ciertas condiciones más o menos claramente observables. Así, el físico
bien puede hablar del comportamiento de los rayos X en presencia de un campo
magnético; y el químico está justificado al decirnos que "El
comportamiento de las sales nitrosas de las aminas es digno de atención".
Nos referimos así a características de lo que llamamos mundo objetivo.
Sin embargo, la palabra se aplica tan comúnmente a los
objetos y a animales vivos que esta aplicación se suele dar por sentada en el
lenguaje cotidiano (lenguaje-corriente). Pero debe notarse que al emplearlo con
esta referencia restringida, todavía hablamos de características observables en
el mundo objetivo con las que también tratan el físico y el químico. Estamos
tratando ciertos aspectos de la biología que es una ciencia objetiva. En este
sentido emplearé la palabra en lo que sigue.
Ahora, al estudiar la vida animal, observamos varios tipos
de comportamiento. En un extremo notamos lo que llamamos comportamiento reflejo
o instintivo, según nos parezca más o menos simple; esto aparece como la reacción
relativamente inmediata a un estímulo dado. En el extremo opuesto, descubrimos
un comportamiento altamente complejo que es vacilante y no inmediato.
El biólogo estudia ambos tipos de comportamiento en todas
las formas de vida animal; en los animales superiores y en el hombre, y en
ambos casos de manera bastante objetiva. Los estudia en todas sus formas y
relaciones. Los analiza y, en relación con algunas de sus formas, observa,
entre otras cosas, su relación con la actividad nerviosa, y establece así una
ciencia especial de la neurología. Observa en relación con ciertas otras formas
su relación con las reacciones químicas en los tejidos vivos involucrados, y así
establece una ciencia especial de bioquímica.
Pero el estudiante de lo biológico es él mismo un hombre, y
al observar sus propias actividades, aún como parte del mundo objetivo,
descubre en ellas estos mismos dos tipos de conducta. Cuando, con respecto a su
propio cuerpo, estudia esa forma de comportamiento tan compleja que es
vacilante y no inmediata, encuentra todo lo que descubre en relación con sus
estudios de este tipo de comportamiento en otros animales; pero en muchísimos
casos descubre también algo más. No sólo encuentra un comportamiento de este
tipo especial, sino también un "comportamiento consciente".
En esta observación de su propia conducta, el estudiante
tiene no sólo las características que producen las ciencias especiales de la
neurología y la bioquímica, por ejemplo, sino una característica muy diferente
que produce la ciencia especial del consciente; y esto es lo que siempre se ha
denominado psicología
Argumentando por analogía, o por otros medios, puede
sostener que este tipo especial de comportamiento en otros hombres, y en
animales, también debe tener esta característica consciente. Sin embargo, Esto
es es una cuestión de inferencia y no de observación objetiva; y es una
inferencia que implica la suposición metafísica de que ciertas formas de
comportamiento siempre tienen correspondientes ciertos cambios en la
conciencia, como él nota en su propia experiencia
Actuando de acuerdo con esta inferencia basada en esta
suposición, estamos capacitados para descubrir ciertas formas de
comportamiento, o tendencias de comportamiento, en nuestros semejantes que de
otra manera nos serían desconocidos, tomando nota de los cambios de conciencia
que nos informan por boca a boca. El gran valor práctico de esto es una cuestión
de experiencia cotidiana y se enfatiza en la vida común del médico que trata
constantemente los estados conscientes de sus pacientes como sintomáticos de
formas especiales de comportamiento orgánico.
El "psicólogo comparativo" y el
"conductista" también hacen un uso constante de esta misma suposición
e inferencia, aunque generalmente no notan el hecho, y comúnmente hablan de su
trabajo como si fuera tan puramente objetivo como el del químico o el del físico.
Realmente se dedican a las investigaciones especiales de cierto tipo de
problemas biológicos; cuya investigación especial se ve facilitada en gran
medida por la aceptación de la hipótesis metafísica de la correspondencia neurúrgica
y noética antes mencionada.
Ahora bien, es evidente que algún hombre puede sostener que
la consideración de la neurología, que se le hizo notar en el curso de su
estudio de la conducta, carece de importancia y es infructuosa y, por tanto,
indigna de atención. Y puede tener una opinión similar con respecto a la bioquímica.
Es una cuestión de opinión personal. Sin embargo, quien lo sostiene y se
regocija en proclamarlo, es poco probable que otros hombres reflexivos del
mundo científico lo miren con respeto.
De la misma manera, es evidentemente posible que alguien
sostenga que la consideración de la psicología, que se le hizo notar en el
curso de su estudio de la conducta, no es importante e infructuosa y, por lo
tanto, indigna de atención. Pero me parece que si lo hace, y se regocija en
proclamar tal opinión, difícilmente puede esperar encontrar que a la larga sus
opiniones serán consideradas significativas. Sin embargo, si entiendo la situación,
es precisamente esa opinión la que sostienen y proclaman abiertamente el
profesor John Watson y quienes siguen su ejemplo.
Ésta no es ocasión para intentar mostrar que el estudio de
la característica consciente de la conducta auto-observada es importante y
fructífero y, por tanto, merece una atención plena; ya que creo que sería
bastante fácil de hacer. Me limitaré a enfatizar aquí el hecho de que el Dr.
Watson, al asumir la posición que ocupa, mientras desarrolla la ciencia biológica
objetiva extremadamente valiosa que ahora se llama comúnmente
"conductismo", está abandonando deliberadamente el estudio de la
psicología; y al pedirnos que descartemos el concepto de conciencia y lo
sustituyamos por el concepto de conducta como sustancia de la psicología, se
trata de una ofuscación que no puede dejar de ser deplorada.
Pasemos ahora a otro punto estrechamente relacionado. Como
se señaló anteriormente, en el curso de nuestra observación sobre nuestro
propio comportamiento como parte de los fenómenos del mundo objetivo, nuestra
atención es llamada a cierta forma de este comportamiento que tiene una
característica "consciente". Éste "comportamiento
consciente", según el profesor B. H. Bode, ha demostrado ser "una Co-adaptación
futura que se ha puesto a trabajar para producir su propia realización".
Yo mismo no estoy convencido de que se pueda llegar a tal conclusión en relación
con otros animales y hombres como resultado de una observación puramente
objetiva del tipo empleado por el conductista y otros estudiosos de la biología;
aunque el tratamiento del Dr. Bode parece implicar que puede (1). La Co-adaptación
en sí misma, en todo caso, es un hecho tan objetivamente observado; y el Dr.
Bode procede a afirmar que la conciencia es solo este tipo particular de Co-adaptación
(2). Esto es como si, habiendo descubierto que una forma definida de cristal
refracta la luz de cierta manera, uno debería decir que esta clase particular
de refracción es la forma definida del cristal. Uno al hacer tal declaración
sería tomar una característica definida encontrada en conexión con una situación
objetiva definida e identificar la situación objetiva con la característica.
Por lo que puedo ver, esto es exactamente lo que hace el Dr. Bode cuando
sostiene que "la conciencia... es sólo una Co-adaptación futura que se ha
puesto a trabajar para producir su propia realización" (3). El absurdo lógico
de tal procedimiento es tan evidente que no requeriría comentario si no fuera
porque parece imposible creer que el Dr. Bode pueda tener la intención de
defender tal posición. Sin embargo, sus palabras ciertamente implican que lo
hace; y si no lo hace, Seguramente debería sentirse llamado a aclarar su punto
de vista; porque tal como está es uno que es representativo de mucho de lo que
escriben hoy en día ciertos profesores de psicología de este país que, a la
vista de sus palabras, aparentemente se enorgullecen de su vergüenza lógica; y
porque se dignifica al ser expresada por el Dr. Bode en un capítulo de la “Creative
Intelligence / Inteligencia Creativa” recientemente
publicada, un libro compuesto por ensayos que se supone que presentan una
"Unidad de actitud", los otros capítulos son aportados por John
Dewey, Addison W. Moore, Harold C. Brown, George H. Mead, Henry W. Stuart,
James H. Tufts y Horace M. Kallen.
HENRY RUTGERS MARSHALL.
NEW YORK CITY.
_______________________
1.- Cf. “Creative Intelligence /
Inteligencia Creativa”, pp. 233 ff.
2.- Cf. también op. cit., pp. 242 and 256.
3.- Op. cit., p. 244.
_____________________________________
Anexo 1.
a. Portada "“Behavior” (1918) Henry Rutgers Marshall, The Journal of Philosophy, Psychology and Scientific Methods, Vol. 15, No. 10 (May 9, 1918), pp. 258-261
Estimado Usuario puede descargar la OBRA ORIGINAL en nuestro grupo:
• Walden IV (Comunidad Conductista) / Walden IV (Behaviorist Community)
Visita el Grupo en el siguiente Hípervinculo:
https://www.facebook.com/groups/WaldenIV
Titulo: "Behavior / Comportamiento"
Autor: Henry Rutgers Marshall (Henry Rutgers)
Fuente: The Journal of Philosophy, Psychology and Scientific Methods, Vol. 15, No. 10 (May 9, 1918), pp. 258-261
Año: 1918
Idioma: Inglés
OBRA ORIGINAL
Tips: En la sección “Buscar en el grupo” coloca el título del libro, autor o año y descargalo de manera gratuita, en el grupo se encuentra solo en inglés, ¡OJO! en esta publicación lo puedes disfrutar en español (Ya que es una traducción del original). Queremos agradecer a todos los lectores por el apoyo pero en especial a la Mtra. Amy R. Epstein quién es Profesora de la University of North Texas agradecemos en demasía puesto que fue ella quien nos compartió el acceso a este valioso artículo. Atentamente todos los que hacemos posible Watson el Psicólogo (@JBWatsonvive) (Gajardo, D. U., Herrera, A., Luján, F. S., Reyes, J. I., Vences, I.)
Comentarios
Publicar un comentario