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Ideas erróneas sobre el conductismo (1923) Stephen C. Pepper

CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE EL CONDUCITISMO

 

El reciente artículo del profesor Pratt sobre "Conductismo y conciencia" (1) muestra un par de conceptos erróneos sobre la naturaleza del conductismo que son muy comunes en los círculos filosóficos en la actualidad. Uno de ellos es que el conductismo necesariamente niega por completo la existencia de la conciencia; el otro es que, dado que la descripción conductista de un estado de conciencia es más compleja que la percepción introspectiva inmediata de él, o que la descripción introspectiva del mismo, la descripción conductista no puede tener ninguna validez explicativa.

 

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1.- Esta Revista, Vol. XIX, págs. 59

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En primer lugar, en cuanto a la negación de la conciencia, el profesor Pratt se cuida de decir que "es cierto que casi todos los conductistas tienen muchas reservas sobre la cuestión de la negación de la conciencia", y que "a veces, es cierto, la niegan sólo desde el punto de vista metodológico" (p. 603). Pero, fiel a la opinión filosófica ampliamente difundida de la que es portavoz el profesor Pratt en este artículo, no deja de concluir que "esta negación absoluta de la conciencia de la mente es, de hecho, una necesidad del conductismo" (p. 604). En otras palabras, aunque hay conductistas (así llamados o autodenominados) que toleran la existencia de la conciencia, un conductista concienzudo o autoconsistente como Watson no puede hacerlo. Por este simple medio, todas las personas que están dispuestas a admitir la conciencia en su universo metafísico (aunque no en su universo psicológico) quedan dejadas de lado, y la cuestión se reduce a la relativamente fácil de si el método de Watson para tratar la conciencia es o no factible.

 

No entiendo por qué un conductista concienzudo o coherente tiene que negar la conciencia. Todo lo que un conductista tiene que afirmar para ser concienzudo y coherente es que no hay nada mental que no sea susceptible de una descripción objetiva en términos de conducta. El conductista no necesita ser más que un paralelista concienzudo. La única diferencia entre la psicología paralelista antigua y la psicología conductista más nueva es que la psicología antigua enfatizaba el lado introspectivo y hacía todo lo posible por dar una descripción introspectiva de hechos objetivos, mientras que la psicología más nueva enfatiza el lado objetivo y hace todo lo posible por dar una descripción objetiva de hechos introspectivos; ambas creían que había una reciprocidad completa. Y ambas negaban que "la conciencia tenga alguna eficiencia" en el sentido que el profesor Pratt quiere decir en la página 604.

 

La relación entre la conciencia y la conducta se convierte entonces en un problema metafísico, un problema tentador sobre el cual pocos psicólogos pueden resistirse a hacer alguna afirmación. Es posible, por supuesto, que la conciencia tenga "eficiencia" en el sentido del profesor Pratt, pero no hay ninguna prueba de ello, salvo el fracaso actual de la psicología para dar una explicación objetiva totalmente satisfactoria de ciertos fenómenos mentales, como el propósito y el pensamiento. Pero si la conciencia no tiene "eficiencia" en el sentido del profesor Pratt, si, en otras palabras, es posible una explicación conductista completa de la mente, de ninguna manera se sigue que la mente no sea nada más que conducta. Esta es una posibilidad y la más plausible en lo que respecta a la psicología conductista en sí misma, de la misma manera que desde el punto de vista de la química únicamente la visión más plausible de la materia es que no es nada más que el complejo de fuerzas físicas que da la descripción química de los elementos últimos de la materia. Pero hay otras regiones del conocimiento además de la química y la psicología conductista para las que parecen más probables interpretaciones completamente diferentes de la mente y la materia. Puede ser que la descripción científica en sí misma sea un hecho mental, de modo que, si bien podría ser cierto que la mente es conducta, resultaría ser en última instancia cierto que la conducta es mente. Éste es, en líneas generales, el método idealista habitual de abordar las ciencias naturales. Y no hay razón aparente para que el conductismo no encaje perfectamente con un dualismo metafísico (siempre y cuando, por supuesto, no se considere que la conciencia tenga una "eficiencia" única).

 

En una palabra, no hay razón para que el conductismo se sostenga o caiga junto con el "materialismo", o para que todos los conductistas se comprometan con las aventuras metafísicas de J. B. Watson.

 

Y hay muy buenas razones para que la psicología continúe sus esfuerzos al máximo para dar una explicación conductista de la mente. Sólo de esa manera se pueden poner los hechos de la mente en conexión sistemática con el resto de las ciencias naturales. Porque la conducta (tal como se define generalmente) es simplemente una unidad compleja que consiste en la actividad del organismo teóricamente reducible a la actividad de las células biológicas que componen el organismo, estas a su vez teóricamente reducibles a la actividad de las unidades químicas, y así sucesivamente. A través de una explicación conductista de la mente, los fenómenos mentales encuentran su lugar en el sistema de las ciencias naturales, y por ese hecho se explican en el único sentido último de explicación: encuentran su lugar en un sistema de conocimiento. Es el fracaso por parte de muchos filósofos en observar este hecho lo que ha llevado a la segunda concepción errónea del conductismo. Como el profesor Pratt muestra con cierta extensión haciendo referencia a las descripciones conductistas del profesor Perry de los fenómenos mentales -en particular del propósito- la descripción introspectiva es mucho más simple y directa que la conductista. Pero ¿Qué hay de eso? El hecho es que la descripción introspectiva no puede ponerse en relación alguna con el resto de la ciencia. Vale la pena llegar a casi cualquier grado de elaboración y complejidad en aras de una mayor sistematización. La verdadera explicación de un propósito o creencia no reside en la descripción inmediata de los fenómenos, sino en su relación con todos los demás fenómenos. Y con frecuencia -y en ningún caso esto es más cierto que entre los hechos de la conciencia- lo que en un principio pensamos que es simple tras analizarlo y compararlo con otros fenómenos, lo descubrimos complejo. No es un menosprecio de las descripciones conductistas el que sean más elaboradas que las introspectivas; al conductista sólo le interesa hacerlas más poderosas, más explicativas.

 

Stephen c. Pepper

University of California

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Anexo 1.

a. Artículo: “Título: Título: Misconceptions Regarding Behaviorism" Stephen C. Pepper, The Journal of Philosophy, Vol. 20, No. 9 (Apr. 26, 1923), pp. 242-244 






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Estimado Usuario puede descargar la OBRA ORIGINAL en nuestro grupo:· Walden IV (Comunidad Conductista) / Walden IV (Behaviorist Community)Visita el Grupo en el siguiente Hípervinculo:

Título: Misconceptions Regarding Behaviorism

Autor: Stephen C. Pepper

Año: 1923


Publicado en: The Journal of Philosophy, Vol. 20, No. 9 (Apr. 26, 1923), pp. 242-244 



Idioma: Inglés

OBRA ORIGINAL

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Tips: En la sección “Buscar en el grupo” coloca el título del libro, autor o año y descargalo de manera gratuita, en el grupo se encuentra solo en inglés, ¡OJO! en esta publicación lo puedes disfrutar en español (Ya que es una traducción del original). Queremos agradecer a todos los lectores por el apoyo pero en especial a la Mtra. Amy R. Epstein quién es Profesora de la University of North Texas agradecemos en demasía puesto que fue ella quien nos compartió el acceso a este valioso artículo. Atentamente todos los que hacemos posible Watson el Psicólogo (@JBWatsonvive) (Herrera, A. &

 

 

 

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